Ya hace unas semanas que salió a la palestra el nuevo anuncio del Getafe FC, mediante el cual se intentaba captar socios o abonados para la nueva campaña, tras un año exitoso para el club madrileño. Supongo que no hace falta describir aquella campaña publicitaria, pero por si hay algún navegante por ahí la describiremos rápidamente: en ella aparecían una serie de personajes históricos –biblicos la mayoría- y una “voz en off” que, con tono pasional, venía a decir que todas las penurias que pasaron estos personajes -crucificados, quemados en la hoguera, abandonados en el desierto- no las hicieron tanto por Dios como por su club.
Una campaña controvertida per a su vez atrevida y que seguramente no dejaría indiferente a nadie. Una vez estrenada las voces críticas de sectores católicos que se sintieron molestos por el uso de tales escenas religiosas aparecieron; mientrastanto, los creativos de la campaña se defendían y aducían que ellos no querían molestar a nadie. A los pocos días, una escueta noticia anunciaba la retirada de dicha campaña de los medios.
El último caso parecido, y que tiene que ver con el tema del “post”, ha acontecido hoy, día 20 de julio de 2007. La revista satírica “el Jueves” había publicado una viñeta relacionada con la medida del gobierno de ZP sobre los recién nacidos –las ayudas de 2500 euros-, donde se podía ver a los Príncipes de Asturias en una escena de contenido sexual –salen representados haciendo el amor, mientras el Príncipe anima a la Princesa a tener más hijos, ya que esas ayudas “serían lo más parecido a un sueldo de trabajador”-. Pues esta tarde el juez del Olmo ha decretado la requisa de dicha edición, enviando a los cuerpos de seguridad a los kioscos y a las sedes de la revista en Madrid y Barcelona; asímismo, los dibujantes de la viñeta se pueden enfrentar a penas de hasta dos años de cárcel por “injurias al Rey o a su descendencia”.
Estos últimos acontecimientos, relacionados con el debate sobre la libertad de expresión y sus límites, me han hecho recordar el caso de las famosas “viñetas de Mahoma”, publicadas en el rotativo danés Jyllands Posten a finales de 2005 y reproducidas meses después por otros diarios europeos. Estos hechos causaron una grave crisis entre Dinamarca y las ramas más conservadoras del Islam, para después convertirse en un “debate” entre Occidente y Oriente. Por entonces, las opiniones al respecto eran diversas: teníamos desde los que apoyaban al diario danés, apoyándose en la libertad de expresión, pasando por los indiferentes y llegando a los radicales islamistas, que se enfurecieron por las imágenes de su profeta comparado con un terrorista.
No voy a hablar sobre el tema de las viñetas del 2005; simplemente decir que no se medió el impacto que tendrían sobre la sociedad musulmana, y que nadie se puede escudar en la libertad de expresión cuando se insulta el modo de vida o la religión –muy arraigada en los países musulmanes- de un colectivo. Pero por entonces, muchas fueron las voces que defendieron a ultranza a los dibujantes de las viñetas, explicando que no era problema de occidente que ciertos países no hubieran alcanzado todavía el laicismo u otras libertades, entre ellas la de expresión. Además, esta posición se vió muy impulsada gracias a la reacción violenta de ciertos colectivos radicales en algunos países musulmanes –donde se juntaron otros intereses políticos que no vienen al caso-.
Y me pregunto yo, ¿dónde estan ahora los defensores de la libertad de expresión y de prensa? En menos de un mes, un anuncio de un club de futbol y una viñeta de una revista satírica han sido censuradas, y nadie de los que antes clamaban libertad –o almenos una parte de ellos- han salido a manifestarse. Han salido voces en contra de esta medida desde diversos medios, pero otros, defensores acérrimos de la libertad de expresión durante la “crisis de las viñetas”, condenan ahora la sátira sobre los príncipes.
Es decir, que unas caricaturas donde se ridiculizaba las creencias de millones de personas –son gente que viven en dificiles condiciones de vida y que se apoyan en sus valores religiosos- y su modo de vida, comparándolos con terroristas, son totalmente legítimas, mientras que una sátira sobre la monarquía, una institución pasada de moda, una reliquia, es un delito penado con dos años de cárcel… algo no me cuadra.
Se dice que hiere “el honor de los Príncipes de Asturias” y que “provocan un grave menoscabo al prestigio de la Corona”… Podemos tener diversas opiniones sobre la viñeta: habrá algunos que la pueden ver como una vulgaridad o chabacana, mientras que otros la pueden encontrar hasta graciosa e irreverente… pero este no es el tema, ya que la revista “el Jueves” lleva siempre sus sátiras al extremo, así que el gusto variará según el criterio del lector.
Personalmente creo que en el fondo no se trata de un tema de violación de la intimidad o de “ataque” al honor de los Príncipes, sino que se trata de una “cacicada” y de una medida propia del Antiguo Régimen, destinada a preservar la continuidad de una institución del pasado y con un futuro inútil -¿qué ha hecho don Felipe?- .
Me recuerda a los hechos del 1905 en Barcelona, cuando la guarnición de la Ciudad Condal salió de los cuarteles a quemar y saquear diversas sedes de diarios satíricos catalanes como el Cu-Cut, a causa de la publicación de un “acudit”antimilitarista…¿han cambiado tanto las cosas?
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