
No obstante, el debate ha de ir por otros derroteros. Hoy la Casa Real ha publicado cómo organiza la asignación que recibe de las Cortes. No vamos a detallar aquí cuánto cobra el Rey, cuánto el Príncipe o si las infantas o sus maridos reciben alguna parte de este dinero. Ayer los Reyes presidieron la "solemne ceremonia" de apertura de la X Legislatura en el Parlamento. Los medios se hicieron mucho eco de la gran ovación que recibieron los monarcas, y resaltaron a su vez los grandes índices de audiencia que el tradicional discurso del Rey por Nochebuena obtuvo. Primero de todo, hay que decir que el discurso real es retransmitido por todas las grandes y medianas cadenas de este país -según datos de Kantar Media, 30 cadenas de la TDT retransmitían el discurso. Segundo, es destacable que este ha sido el discurso con la menor cuota de pantalla de los últimos años con el 64,2% de cuota de pantalla.
Las reacciones de hoy frente a la publicación del presupuesto de la Casa Real han sido diversas. Desde el apoyo incondicional del PPSOE y de sus pajes reales de CiU, hasta las críticas de Izquierda Unida por lo que consideran una "vergüenza" que haya sido la propia institución quien haya tomado la iniciativa de publicar sus cuentas y no una voluntad de las Cortes.
El problema viene cuando desde ciertos sectores políticos y mediáticos se nos hace creer que este movimiento de la Casa Real ha sido resultado de una voluntad propia de la institución. Entonces, ¿hubieran publicado las cuentas de la Casa del Rey en las vísperas de la boda entre el Príncipe Felipe y doña Letizia, cuando los índices de simpatía y apoyo a la Corona eran importantes? Creo que no es osado ni pretencioso afirmar que esta "apertura" tiene mucho que ver con la presunta malversación de fondos que su yerno llevó a cabo en el Instituto Nóos hasta que, alertado o avisado por el monarca, huyó a Whasington con su mujer la Infanta Cristina, tesorera de la institución. La maquinaria mediática y el bloqueo informativo tan característico en este país a la hora de hablar de la monarquía ya lleva tiempo puesta en marcha.
No se trata tanto del dinero que puede recibir la Casa Real -claramente inferior al de otras monarquías europeas- como del uso que los miembros de la familia real hacen de su posición. El caso de Urdangarín no es algo nuevo, si no recordemos como el exmarido de la Infanta Elena, Jaime de Marichalar, fue apartado de varios consejos de administración -Winterthur y FCC- nada más conocerse que ya no era el marido de la hija del Rey. Por una parte se nos detalla el sueldo del Rey y lo que reciben los miembros de la familia real, mientras que por otra van apareciendo casos de malversación de fondos públicos y lo que a primera -y segunda- vista parece tráfico de influencias, tipificado como delito en el artículo 428 del Código Penal. ¿Cuál es el verdadero patrimonio de los miembros de la familia real? ¿Qué "beneficios adicionales" conllevan el puesto de Rey o de Príncipe de Asturias?
Puede que este escándalo no propicie la llegada de la República a España, pero si que se va añadiendo a la lista de ingredientes del caldo antimonárquico. De momento, el apoyo a la monarquía ha descendido al 49%, frente a un 37% de ciudadanos que preferirían un sistema republicano. Hace cuatro años, la diferencia a favor de la monaquía era de 47 puntos frente a la república.